¿Tienes todo lo que necesitas?

Vale, ya tienes una cámara réflex. Ahora puedes hacer buenas fotos, tiene un montón de megapíxeles, hace fotos impresionantes con el modo automático y la gente sale mucho más guapa que con tu compacta. ¿Y ahora qué?


Has estado probando tu nueva cámara y un compañero de trabajo al ver las fotos te dice que “necesitas un 50, porque esa focal es imprescindible”, antes de lanzarse a una disertación llena de tecnicismos sobre profundidad de campo, diafragma y luminosidad, de la que sólo sacas unas ganas tremendas de no estar allí.

Tu amiga, a quién le gusta mucho la fotografía también, te dice que como sólo trae una batería, tendrás que comprarte otra, o el “gris” directamente (¿tiene que ser gris, no puede ser de otro color?).  Más adelante te enterarás que se llama “grip” y que, en realidad, no lo necesitas.

También se burlan de ti cuando sacas la cámara de la bolsa en que la llevas y te dicen “¿tanta cámara y tan poca bolsa?” y te acuerdas que tienes que comprar algún elemento de transporte para tu cámara nueva, si quieres que vaya protegida.

Alguna o todas estas situaciones pueden darse cuando nos iniciamos en el mundo de la fotografía y si estás leyendo esto, aparte de no tener nada mejor que hacer, deduzco estás en ese caso.

Si buscas consejo sobre qué comprar, ahora que tienes cámara nueva, el mío es: ¡NADA!

¿Por qué este consejo anti-consumista? ¿Es que con el kit inicial ya tienes bastante para toda la vida y no necesitarás ampliarlo? ¿La gente que te aconseja se equivoca?

El concepto del que trata este artículo no es el anti-consumismo, sino, partiendo de la base de que el dinero no te sobra (si no, te habrías comprado una cosa de cada y estarías probándolas en vez de leer esto), aconsejarte prudencia antes de lanzarte a la compra indiscriminada de accesorios y complementos fotográficos (nada baratos, por cierto).

La clave es añadirle al ¡NADA! Un ¡Por ahora!, porque todos los que te han aconsejado tienen razón y en su momento verás las ventajas de un objetivo fijo, tal vez necesites más baterías, un flash externo y, desde luego, una mochila/bolsa/bandolera donde llevar la cámara.

Vamos a esta última: Tu cámara venía con un objetivo, o dos según el kit, así que necesitarás una bolsa en que quepa tu cámara, el objetivo adicional (que suele ser un teleobjetivo en torno a los 300 mm) y algunos elementos (las tapas, tarjetas de memoria, etc).

Si tu cámara traía una sola lente, es posible que en un futuro próximo amplíes tu colección, para ampliar el “zoom” (venimos de una cámara compacta, así que utilizamos ese término aún) que te da tu cámara, necesitas un objetivo con una focal mayor (y de mayor tamaño). Es importante tener esto en cuenta a la hora de comprar la bolsa, pues hay bolsas triangulares, muy cómodas de llevar, pero en las que sólo cabe la cámara y un solo objetivo. Si compramos una de éstas y al poco añadimos un “tele” a nuestro equipo, veremos que no cabe en la bolsa y necesitamos cambiarla.

Yo te propongo unas preguntas antes de comprar la bolsa (o mochila, bandolera, etc)

.- ¿Cuánto me puedo gastar?

.- ¿Qué voy a llevar? ¿Necesito que tenga agarre para trípode?, ¿Dos objetivos? Por ejemplo

.- ¿Dónde voy a ir con mi bolsa? No vamos a hacer fotografía de estudio, así que no necesitas una maleta rígida que proteja el material, pero si vas a ir de viaje y pasar el día con ella colgando, querrás que sea cómoda y tal vez que tenga donde llevar una botella de agua o guardar un plano.

.- Ahora que te has planteado qué vas a llevar y durante cuánto tiempo o por dónde, es posible que valores las alternativas de mochila, bandolera, bolsa, etc. Si vas a hacer senderismo con ella, posiblemente prefieras el formato mochila, para ciudad, bandolera o “mensajero” pueden ser más cómodas. Todas tienen sus ventajas e inconvenientes y en un futuro artículo, prometo analizar un poco más la cuestión

Y a modo de página web de testimonios, contaré mi caso particular con la primera mochila que adquirí:

Cuando me regalaron una réflex por mi cumpleaños, incluía el objetivo 18-55 mm, así que rápidamente compré una mochila pequeña, marca Werlissa, como la de la foto, en rojo.
Foto de la web de la marca (enlace)

Mis razones para decidirme por este modelo: Tiene bolsillos laterales, está acolchada por dentro, es pequeñita, no se identifica a primera vista como bolsa para réflex, se puede poner en modo bandolera, entre otras  bondades de la mochila en cuestión.

Al poco encontré un objetivo con mayor alcance a buen precio, un Tamron 80-210mm (soy perezoso y me gusta “afotar” de lejos en vez de acercarme a los sitios), así que cuando salí a probarlo, tuve que acomodar la cámara en la mochila, que me gustaba por ser pequeñita y “coqueta”, pero en la que sólo cabía el cuerpo y los dos objetivos como un pequeño tetris, forzando la cremallera.
El teleobjetivo en cuestión: Tamron 80-210mm 4.5- 5.6.

Menos mal que los Reyes Magos, tras oír mis quejas cada vez que viajaba con mi (demasiado) pequeña mochila, me regalaron otra, de mayor tamaño y que al día de hoy, tampoco es la que uso habitualmente… Pero esa es otra historia y merece ser contada en otra ocasión.

Y volviendo al tema sobre el que trataba esta entrada, recomendarte prudencia y reflexión antes de la compra de cualquier accesorio, pues el uso y conocimiento de nuestro equipo nos va a ir demandando lo que necesitemos: No vamos a utilizar la misma batería si llevamos la cámara para los cumpleaños y celebraciones, que si viajamos con ella a otra ciudad y la utilizamos todo el día, o si nos gusta hacer fotografías por la noche con trípode.

Cada persona le da un uso a su cámara y este uso te demandará lo que vayas necesitando, así que por ahora, mi consejo es: Haz fotos, disfruta tu cámara, conócela bien, “exprímela” un poco, no para sacarle todo el jugo, sino para probar ese jugo y ver lo que eres capaz de hacer, aprende de otras fotografías, de cursos, tutoriales y consejos (espero alguno sea de este blog) y luego, lánzate a comprar el 50mm, difusor de flash, baterías, tarjetas SD, trípode, o lo que veas que necesitas y quieres.


Y por supuesto, si conoces a alguien a quien pueda interesar este artículo, ¡recomiéndaselo!

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